Freaks: la parada de los monstruos
Cuando empece a aficionarme al cine, ya con 16 añazos, mi profesor de literatura me prestó una película de terror llamada Freaks: la parada de los monstruos. La cinta estaba en versión original y la imagen dejaba bastante que desear. Supuse que sería una rareza, y lo fue, y lo es, y mucho. Pero no en el sentido de rareza en cuanto a ser un film de la última fila del último estante del que nadie había oído hablar (lo cual descubrí un tiempo después hojeando un libro de cine en la fnac de Zaragoza en el que la incluían como una de las 100 mejores películas de la historia del cine).
La palabra rareza cobra significado en Freaks al topar con sus protagonistas: auténticas atracciones de circo del estilo del famoso hombre-elefante australiano. En Freaks desfilan gemelas microcefálicas, liliputienses, torax vivientes, personas mutiladas del ombligo hacía abajo y muchas otras personas deformes. Como anecdota, se cuenta que durante el rodaje del film, ellos comían separados del resto del equipo, tan sólo el director se atrevía a comer con ellos, pese a tener que vomitar repetidamente al observar el comportamiento de los monstruos.
La palabra rareza cobra significado en Freaks al topar con sus protagonistas: auténticas atracciones de circo del estilo del famoso hombre-elefante australiano. En Freaks desfilan gemelas microcefálicas, liliputienses, torax vivientes, personas mutiladas del ombligo hacía abajo y muchas otras personas deformes. Como anecdota, se cuenta que durante el rodaje del film, ellos comían separados del resto del equipo, tan sólo el director se atrevía a comer con ellos, pese a tener que vomitar repetidamente al observar el comportamiento de los monstruos.
El argumento narra en flashback la historia de una ex-bella contorsionista de circo que pretendió aprovecharse de sus compañeros los monstruos con el fin de obtener la fortuna que uno de ellos, liliputiense, había heredado. Se trata de una película corta, de poco más de una hora, muy entretenida y cuyos temas principales son la relatividad de la belleza, la venganza y la dignidad de todo ser humano.
La película, dirigida por el reputado director de cine de terror Tod Browning en 1932, supuso un gran descalabro económico para la MGM. Gran parte de su fracaso se debió a la crítica que la consideraba una película grotesca, extravagante, obscena, que jugaba con la aflicción que el público podía sentir al ver a estos personajes tullidos. Aún con todo, la película ha soportado dignamente el paso de los años debido a su carga emocional y poética. Así, ha pasado de ser una película denostada, a posteriormente ser calificada como cult movie y finalmente ser considerada un clásico.
La película, dirigida por el reputado director de cine de terror Tod Browning en 1932, supuso un gran descalabro económico para la MGM. Gran parte de su fracaso se debió a la crítica que la consideraba una película grotesca, extravagante, obscena, que jugaba con la aflicción que el público podía sentir al ver a estos personajes tullidos. Aún con todo, la película ha soportado dignamente el paso de los años debido a su carga emocional y poética. Así, ha pasado de ser una película denostada, a posteriormente ser calificada como cult movie y finalmente ser considerada un clásico.
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