El Monolito

El cine visto desde la orbita de Jupiter

lunes, junio 13, 2005

Quién mató a Liberty

Bueno, quizás el título no sea bastante representativo y nuestra respuesta instintiva sea que ha sido Bush el que ha matado a la señorita Libertad. Pero no rondan esos cauces este título sino una película sesentera llamada El hombre que mató a Liberty Valance. Dirigida por aquel insoportable borracho (en realidad, todos los genios están invariablemente locos y son sistemáticamente insoportables) llamado John Ford y protagonizada por John Wayne y James Stewart. Evidentemente, se trata de un western, una película de esas con sudor masculino, olor a pólvora, diálogos con la boca torcida, espuelas plateadas y whisky barato.



Una historia con tres protagonistas: James Stewart como Ransom Stoddard, John Wayne como Tom Doniphon y Lee Marvin como Liberty Valance. Un pueblo del Oeste en el que se entrecruzan los destinos de tres hombres totalmente opuestos. Ransom llegó al pueblo con un morral en el que traía ¡libros!, buenas intenciones, ideales de justicia y un diploma de recién licenciado en Derecho. Pero, vaya, no se le había pasado por la cabeza hacerse con un maldito revólver. A su vez, Liberty vivía asido a su látigo con empuñadura plateada, infundía respeto –perdón, miedo- y sonreía con una seguridad que dejaba traslucir malas intenciones y peores acciones. Por último, Tom, el tipo duro de siempre, con su corazón ya comprado por una joven cocinera y el honor aún intacto. Digamos que se trataba de ver quién era más fuerte, si la racionalidad con ansia de justicia, la represión autoritaria o la honestidad. En fin, una lucha entre el libro, el revólver y el honor.

Pero, como suele suceder en este tipo de duelos con tan cualificado personal, nadie vence. O quizás sí, quien sabe. En cualquier caso, ¿quién fue el héroe que mató a Liberty Valance? U otra pregunta más espinosa, ¿quién murió con Liberty? Porque esa bala que reventó el oscuro corazón del asaltador sin escrúpulos tuvo un importante efecto boomerang en su entorno. Ya nada volvió a ser lo mismo, ni siquiera el western.

“En el Oeste, cuando los hechos se convierten en leyenda, publica la leyenda”.