El Monolito

El cine visto desde la orbita de Jupiter

jueves, junio 23, 2005

Buster Keaton busca por el bosque a su novia, que es una verdadera vaca



1, 2, 3 y 4
En estas cuatro huellas no caben mis zapatos.
Si en estas cuatro huellas no caben mis zapatos,
¿de quién son estas cuatro huellas?
¿De un tiburón,
de un elefante recién nacido o de un pato?
¿De una pulga o de una codorniz?
(Pi, pi, pi.)
¡Georginaaaaaaaaaa!
¿Donde estás?
¡Que no te oigo Georgina!
¿Que pensarán de mi los bigotes de tu papa?
(Papaaaaaaaa.)
¡Georginaaaaaaaaaaa!
¿Estás o no estás?
Abeto, ¿donde está?
Alisio, ¿donde está?
Pinsapo, ¿donde está?
¿Georgina paso por aquí?
(Pi, pi, pi, pi)
Ha pasado a la una comiendo yervas.
Cucu,
el cuervo la iba engañando con una flor de resada.
Cuacua,
la lechuza, con una rata muerta.
¡Señores, perdonadme, pero me urge llorar!
(Gua, gua, gua)
¡Georgina!
Ahora que te faltaba un solo cuerno
para doctorarte en la verdaderamente útil carrera de ciclista
y adquirir una gorra de cartero.
(Cri, cri, cri, cri)
Hasta los grillos se apiadan de mí
y me acompaña en mi dolor la garrapata.
Compadecete del smoking que te busca y te llora entre aguaceros
y del sombrero hongo que tiernamente
te presiente de mata en mata.
¡Georginaaaaaaaaaaaaaaaaaaa!
(Maaaaaa).
¿Eres una dulce niña o una verdadera vaca?
Mi corazón siempre me dijo que eras una verdadera vaca.
Tu papa, que eras una dulce niña.
Mi corazón, que eras una verdadera vaca.
Una dulce niña.
Una verdadera vaca.
Una niña
Una vaca.
¿Una niña o una vaca?
O ¿una niña y una vaca?
Yo nunca supe nada.
Adios, Georgina.
(¡Pum!)

Rafael Alberti.

lunes, junio 13, 2005

Quién mató a Liberty

Bueno, quizás el título no sea bastante representativo y nuestra respuesta instintiva sea que ha sido Bush el que ha matado a la señorita Libertad. Pero no rondan esos cauces este título sino una película sesentera llamada El hombre que mató a Liberty Valance. Dirigida por aquel insoportable borracho (en realidad, todos los genios están invariablemente locos y son sistemáticamente insoportables) llamado John Ford y protagonizada por John Wayne y James Stewart. Evidentemente, se trata de un western, una película de esas con sudor masculino, olor a pólvora, diálogos con la boca torcida, espuelas plateadas y whisky barato.



Una historia con tres protagonistas: James Stewart como Ransom Stoddard, John Wayne como Tom Doniphon y Lee Marvin como Liberty Valance. Un pueblo del Oeste en el que se entrecruzan los destinos de tres hombres totalmente opuestos. Ransom llegó al pueblo con un morral en el que traía ¡libros!, buenas intenciones, ideales de justicia y un diploma de recién licenciado en Derecho. Pero, vaya, no se le había pasado por la cabeza hacerse con un maldito revólver. A su vez, Liberty vivía asido a su látigo con empuñadura plateada, infundía respeto –perdón, miedo- y sonreía con una seguridad que dejaba traslucir malas intenciones y peores acciones. Por último, Tom, el tipo duro de siempre, con su corazón ya comprado por una joven cocinera y el honor aún intacto. Digamos que se trataba de ver quién era más fuerte, si la racionalidad con ansia de justicia, la represión autoritaria o la honestidad. En fin, una lucha entre el libro, el revólver y el honor.

Pero, como suele suceder en este tipo de duelos con tan cualificado personal, nadie vence. O quizás sí, quien sabe. En cualquier caso, ¿quién fue el héroe que mató a Liberty Valance? U otra pregunta más espinosa, ¿quién murió con Liberty? Porque esa bala que reventó el oscuro corazón del asaltador sin escrúpulos tuvo un importante efecto boomerang en su entorno. Ya nada volvió a ser lo mismo, ni siquiera el western.

“En el Oeste, cuando los hechos se convierten en leyenda, publica la leyenda”.

A contracorriente

- A mí siempre me gusta ir a contracorriente, no hacer lo que los demás.
- Vos no sabés lo que decís, así te cansás más.


Una española y un argentino. No es un diálogo de una película, sino un fragmento de conversación que voló hasta mis maltrechos oídos hace pocas noches, pero ¿no se podría aplicar a tantos protagonistas de películas o, sobre todo, a tantos directores insistentes, convencidos, revolucionarios, excepcionales? A mi memoria llegan Luis Bunuel (joven con caracter fuerte y cualidades de boxeador profesional), Orson Welles (novillero de joven) o François Truffaut (infancia quebrada y paso por la carcel). Inconformistas que se enfrentaron a pecho descubierto al gran gigante de todo lo establecido.

A proposito de la lista de mejores directores de la historia del cine...

jueves, junio 09, 2005

Un chien andalou (1929)

Eran dos genios. Y eran dos revolucionarios. Y dos valientes. Y, además, eran jóvenes. No tenían nada que perder y, de hecho, estaban preparados para una derrota severa con los bolsillos llenos de piedras (o eso cuenta la leyenda). Pero, por el contrario, Luis Buñuel y Salvador Dalí salieron victoriosos del espinoso campo de batalla: su primer cortometraje había encandilado a los surrealistas, recibido la aprobación de la intelectualidad parisina y, sobre todo, escandalizado al público general. No olvidemos que su objetivo consistía, precisamente, en escandalizar al público y provocar en el espectador reacciones instintivas de atracción y repulsión.

El corto surgió de la confluencia de dos sueños: uno que tuvo Buñuel en el que una nube cortaba la luna en dos mitades, como una navaja cortando un ojo, y otro que tuvo Dalí en el que brotaban hormigas de la palma de una mano. La primera de estas visiones daría pie más tarde a la secuencia inicial de la película, ya en la memoria colectiva cinematográfica. El resto del film también es tan rompedor como esta escena descrita debido a que Buñuel y Dalí escribieron el guión con la premisa básica de que "ninguna idea podía comportar una explicación racional". De hecho, Buñuel reconoce "haber escrito que Un chien andalou no era sino un llamamiento al asesinato".

A grandes rasgos, Un perro andaluz representa la decadencia de la sociedad de su época, represora del derecho humano a la libre expresión de sus deseos. Son muchos los temas que se tratan en la película. Y me gustaría transcribir unas líneas de El último suspiro (la biografía de Luis Buñuel) en las que el director explica la relación entre la muerte y el sexo en la película: "He encontrado siempre en el acto sexual una cierta similitud con la muerte, una relación secreta pero constante. He intentado traducir este sentimiento a imágenes, por ejemplo, en Un chien andalou, cuando el hombre acaricia los senos desnudos de la mujer y, de pronto, se le pone cara de muerto".

La riqueza simbólica del corto es realmente admirable. Por ejemplo, la represión sexual que ejerce la Iglesia católica en la moral del protagonista reflejada en los sacerdotes (por cierto, uno de ellos es Dalí) y las tablas de Moisés que arrastra el protagonista al acercarse a tocar a la chica o la obsesión perenne de Dalí con las hormigas. Pero en fin, son tantas las interpretaciones que se han escuchado sobre cada escena. Y, en realidad, no se trata más que de una sucesión de imágenes extraídas del subconsciente, vestidas de sueño y con tintes de hastío y terror. Se cuenta que cuando Geraldine Chaplin era pequeña, su padre le contaba escenas de Un Chien Andalou para darle miedo. O asco.

Either you care or you don’t

El día era bastante gris. Bueno, blanco, no paraba de nevar. Tenía que coger un vuelo –con el consiguiente desperdicio de tiempo que acarrea, que si dos horas previas, que si vuelo, que si espera al equipaje- y no tenía ningún libro a mano. ¡Ayuda! Compré el periódico para amenizar el día y me tropecé en él con una interesantísima entrevista a la mujer de Stanley Kubrick. Mostraba el lado humano de ese extravagante director de cine desde el punto de vista de una de las personas que más lo conocían. No pretendo reproducir toda la entrevista sino tan sólo la respuesta que más me llamó la atención en tanto en cuanto yo siempre he sido de su misma idea: "su pasión era sacar el máximo de cada tema. Su lema era "si no estás enamorado del asunto, déjalo. Ya hay demasiadas películas mediocres". No sabía lo que era aburrirse. Por eso se encolerizaba en cuanto notaba que alguien no se concentraba al cien por cien en lo que estaba haciendo, y, por ejemplo se ponía a mirar por la ventana. "Either you care or you don’t"[o te importa o no], les decía". Palabra de Kubrick.

O como evitar un suicidio

Toda vida está plagada de momentos de reflexión en los que se le viene a uno el mundo encima. También a Woody Allen le sucede a menudo lo mismo. En esos momentos, recurro a una de las escenas que más me gustan de su cine. Se trata una escena de Hannah y sus hermanas: "Me hacía falta un momento de tranquilidad para recomponer mis pensamientos, obrar con lógica y volver a colocar el mundo en una perspectiva racional. [...] Entonces comencé a pensar otra cosa: ¡cómo se te ocurre matarte!¡no te parece una estupidez! Incluso aunque lo peor sea cierto, ¿qué pasa si no existe Dios y nosotros sólo vivimos una vez y se acabó?¿No te interesa? ¿No te interesa esa experiencia? Entonces me dije: ¡qué diablos! No todo es malo. Y pensé para mis adentros: ¿por qué no dejo de destrozar mi vida buscando respuestas que jamás voy a encontrar y me dedico a disfrutarla mientras dure? Y después, después ¡quién sabe! Quiero decir: quizá existe algo, nadie lo sabe seguro. Ya sé que la palabra quizá es un perchero muy débil en el que colgar toda una vida, pero es lo único que tenemos. Luego me acomodé en la butaca y realmente empecé a pasarlo bien". ¿Un poco hedonista? Sí, pero algunas veces es la única luz.

Por qué Marilyn???

¿Por qué se considera a Marilyn el mito femenino más famoso y representativo de todo el siglo XX? Había mujeres más guapas, más sexy, más inteligentes, más sofisticadas, más desvergonzadas. Y, sin embargo, ella es la mitificada. Quizá unas palabras de Billy Wilder nos ayuden a descifrar el misterio de forma divertida:

"Sobre la impuntualidad de Marilyn debo decir que tengo una vieja tía en Viena que estaría en el plató cada mañana a las seis y sería capaz de recitar los diálogos incluso al revés. Pero, ¿quién querría verla?... Además, mientras esperamos a Marilyn Monroe todo el equipo, no perdemos totalmente el tiempo... Yo, sin ir más lejos, tuve la oportunidad de leer Guerra y Paz y Los miserables."

"Me han preguntado si volveré a trabajar con Marilyn, y tengo una respuesta clara. Lo he discutido con mi médico, mi psiquiatra y mi contable, y todos me han dicho que soy demasiado viejo y demasiado rico para someterme de nuevo a una prueba semejante."

"Marilyn era un absoluto genio como actriz cómica, con un sentido extraordinario para los diálogos cómicos. Tenía ese don. Nunca después he vuelto a encontrar una actriz así."

"Existen más libros sobre Marilyn Monroe que sobre la II Guerra Mundial. Hay una cierta semejanza entre las dos: era el infierno, pero valía la pena."

"El problema de Marilyn es que se enamoraba con mucha rapidez. No era la clase de mujer que se supone que debe ser un símbolo sexual, y eso la mató... Marilyn era una mezcla de pena, amor, soledad y confusión."

"Marilyn Monroe era de carne, y se fotografiaba de carne. Tenías la impresión de que bastaba con alargar la mano para poder tocarla."